En la anterior entrada hablaba de que es imposible no pensar, y ahora que ya lo he asumido como algo normal, también me he dado cuenta que hay ciertas cosas que me hacen entretenerme más que otras, lo que me hace estar más ocupada y puede que más animada cuando me da un poco de bajoncillo.
La primera de ellas es la música. Me gusta mucho la música tipo dance, pero no el "chunda-chunda", sino las más comerciales, y como todas son en inglés y no entiendo ni papa, pues ala, no me hacen pensar. Si estoy sola en casa y pongo música me da por bailotear un poco, así que de paso quemo algo de calorías. También me he propuesto reanudar un poco el ejercicio. Antes del tratamiento abandoné el gimnasio y prácticamente cualquier tipo de ejercicio físico. Y como tengo mi vida un poco en pause, esperando que en breve me llamen para empezar el nuevo ciclo, no quiero apuntarme de nuevo, porque igual en un mes tendría que dejarlo de nuevo. Así que me pongo musiquita en casa y hacer gimnasia se ha dicho! De vez en cuando, cuando no llueve, también salgo a caminar pero a paso apurado; me pongo los cascos para no pensar en nada y ahí voy kilómetro a kilómetro al ritmo de la música.
Otra de las cosas que me entretiene mucho son las tareas del jardín. Tenemos un jardín pequeñito, con poquitas cosas, pero de vez en cuando hay que dedicarle algo de tiempo. Me sorprende que mientras estoy cortando los setos, podando los geranios o cortando el césped no se me vaya la cabeza a mil sitios. Pero no, mi cabeza se queda quietita, concentrada en... no sé muy bien en qué, porque no creo que quitar las hojas secas secas de los geranios requiera demasiada concentración. Pero me sienta bien, así que cuando el tiempo lo permite, salgo al jardín a quitar alguna hierbita mala, alguna hojita seca, a podar una ramita del seto que se dispara... y así paso el rato.
Y por último, lo que más me evade es leer, aunque últimamente no saco mucho tiempo para ello. Pero es fantástico enfrascarte en buen libro, concentrarte en la historia y no pensar más allá de lo que le pasa a los protagonistas. En vacaciones, que es cuando realmente tengo tiempo, me puedo pasar horas y horas seguidas leyendo, sobre todo si el libro en cuestión me engancha. Y realmente es una de mis "terapias ocupacionales" favoritas.
Quizá hay otras pequeñas cosas que también me entretienen, pero no tanto ni tanto tiempo como estas tres. Así que las pongo en las posiciones más altas de mi lista de entretenimientos para no pensar, al menos para no pensar tanto.