miércoles, 23 de octubre de 2013

IMPOSIBLE NO PENSAR

Hay días, o más bien hay momentos en el día, que es imposible no pensar.
Por muy ocupada que tenga la cabeza, y creerme que estoy ocupada, los pensamientos se me van siempre hacia el mismo sitio... la maternidad.
Incluso he llegado a imaginarme cómo me organizaría con un bebé o con dos: dónde pondría la cunita, cómo sería la hora de baño (que me da pavor, jeje), cómo hacer cuando me reincorporara al trabajo, etc. Es decir, que durante todo este tiempo que llevo peleando con el tema maternidad ya me he imaginado todo tipo de situaciones. Se me va tanto la pinza que hasta me he fijado en las aceras del recorrido que hay desde mi casa hasta el centro de pueblo, porque hay tramos tan estrechos que no pasa un carrito...
Hay días que hasta me paralizo... Sí, con todo lo que tengo que hacer... y no soy capaz de hacer nada. Es como si me bloqueara, como si este estado de espera me hiciera entrar en modo "stand by". Me puedo quedar un buen rato en el sofá o en la silla del ordenador en estado de desconexión total, o a veces imaginando tareas maternales.
Otro de las cosas que me hacen desconectar de la vida es el tema internet. Por suerte o por desgracia, mi trabajo me hace estar metida en internet buscando cosas y buceando ente mil páginas, y entre página y página miro el correo, el face, algunos blogs que sigo, y esos blogs me hacen ver varios blogs de maternidad y/o infertilidad que también sigo, y una cosa lleva a la otra y acabo con el Dr. Google viendo cosas sobre lactancia materna, cunas, cochecitos de bebés, etc., etc.
Y el sumun de la locura es cuando me pongo a analizar el calendario: cuándo me va a venir la regla, pero no solo la próxima sino la siguiente y la siguiente, e intento calcular cuando podría ser la transferencia, y una cosa me lleva a la otra y ya empiezo a calcular las 40 semanas de embarazo, la baja maternal y dependiendo del mes cómo afectaría a mi trabajo y si me cogería la lactancia acumulada o no... 
Así que creo que estoy perdiendo la cabeza, o al menos por momentos la pierdo. Lo único que me consuela es que siempre he sido así. Siempre le he dado cien mil vueltas a las cosas, pero no para decidirme, sino porque mi imaginación echa a volar con mucha facilidad y muy a menudo, y con cualquier tema. Así que dentro de lo malo, estos desvaríos entran dentro de mi normalidad.
Así que hoy he llegado a resignarme y dejar de luchar porque es imposible no pensar.

lunes, 21 de octubre de 2013

EN BREVE EMPEZAREMOS DE NUEVO

La semana pasada por fin recibí la ansiada llamada, aunque simplemente me confirmaron que en breve empezaremos de nuevo, que está todo aprobado por Adeslas y por la Administración de la clínica, así que espero que no tarden demasiado en llamarnos para empezar el nuevo ciclo.
Yo espero que no tarden mucho en llamar, que ya sabéis que la espera lo llevo fatal, pero al menos me he quitado un poco de encima al saber que no tengo que pelearme, patalear, protestar y reclamar de nuevo, que eso me agota...
Ahora tienen que organizarse en la clínica y con la donante y ya me llamarán. Mi clínica no es un centro especializado en reproducción asistida, como otros (tipo IVI, por ejemplo), sino que es un centro médico ginecológico (aunque también tienen algo de traumatología, pediatras...). También es hospital materno. Y lo cierto es que tiene desde hace muchos años muchísima fama (buena) en cuanto a ginecología, pues desde siempre quien quería llevar el embarazo por lo privado, iba a esta clínica. Por ese sentido estoy muy tranquila, pues no dudo de su profesionalidad. Además, está el tema humano, que es inmejorable, por lo que estoy encantadísima. 
Así que de nuevo toca la espera, aunque estos días lo estoy llevando mejor. Quizá sea porque me sale el trabajo por las orejas jajaja, que tengo tanto que hacer que no me da tiempo ni a pensar en otra cosa. Por un lado eso está bien, pero también me apetece vaguear un poquito en el sofá, delante de la tele y con el ordenador...
Ya os iré contando...

miércoles, 16 de octubre de 2013

EMBARAZOS AJENOS

Desde que andamos en esto de la pelea y búsqueda del bebé (o bebés) aparecen embarazadas de debajo de las piedras. Al principio lo llevaba medio-bien: un par de conocidas, un par de amigas de la infancia y una amiga, todas primerizas excepto dos, y me alegré especialmente de dos: de mi amiga evidentemente, que además me dio la noticia cuando estaba de muy poquito y tuve que guardar el secreto, y también me alegré mucho por una mis amigas de la infancia porque llevaba mucho tiempo intentando quedarse embarazada. Estas noticias llegaron hace algo más de año y medio; de hecho hoy uno de los bebés está de cumple...
Ahora ya lo voy llevando peor... Un poco antes del verano y a principio del mismo me fueron comunicando más embarazos: 4 parejas de amigos... Cuando me enteré no lo llevé mal, porque de hecho yo estaba en planes de hacerme la ovo en el verano y hasta me hizo algo de gracia, porque si me quedaba a la primera (ilusa de mí) iba a ser un baby-boom. Pero claro, llegó el negativo, así que dejó de hacerme tanta gracia...
Y después del negativo... 3 noticias de embarazo más: 2 familiares y otra de las amigas de la infancia. Y estas sí que las llevé bastante mal; pesaba demasiado el negativo, y además una de las familiares no tenía ninguna ilusión por su nuevo estado; vamos, que era cómo si le hubieran pisado un juanete del pie. Cuando dio la noticia, me tragué las lágrimas y mi frustrada ovo y le pregunté a la nueva-futura-mamá lo típico: "¿qué tal estás? ¿qué tal lo llevas?" Después de tantos embarazos cercanos sé que hay quien lo lleva estupendamente y quien en los primeros meses lo lleva algo peor o fatal del todo, pero sé que a todas las recién embarazas les encanta hablar del tema, algo lógico y normal, porque a pesar de los posibles vómitos, malestares, mareos y demás, están encantadas con el nuevo estado. Pero resulta que no, que no todas están encantadas con el nuevo estado... A lo que iba: la nueva-futura-mamá me dio una respuesta a mi cortés pregunta que casi hace que me caiga de culo: ahora lo llevaba mejor pero que al principio lo pasó fatal psicológicamente, pero como ya estaba hecho, ya lo había asimilado, que ella podría pasar perfectamente sin tener hijos. Intenté no poner ninguna cara, es decir no mostrar ninguna expresión, pero me dieron ganas de gritar y patalear, de impotencia, de rabia, de injusticia (dios le da pan al que no tiene dientes). No sé si quedó embarazada sin quererlo, pero aún así es algo que en pleno siglo XXI no llego a entender; existen un sinfín de métodos anticonceptivos (incluida la píldora del día después)... No sé si cedió a los deseos de su pareja... No sé lo que pasó y no quiero saberlo, por si acaso... La conversación siguió, claro, no acabó ahí: que si ella quería seguir haciendo su vida, que no quería sacarse ni una foto hasta después de un año de que naciera el bebé (para tener tiempo a recuperar la figura) y un montón más de cosas por el estilo. 
A mi se me fue haciendo un nudo cada vez más grande en la garganta. Un bebé te cambia la vida, quieras o no, pero te la cambia, mucho o poco, pero te la cambia. Por mucho que delegues y pases del bebé y se lo vayas dejando a todo el mundo que se ofrezca a cuidarlo para tu seguir con tu vida, un bebé te cambia la vida aunque solo sea un poquito. Quizá esté yo equivocada. Yo quiero un bebé (o dos) que me cambien la vida, y eso que adoro mi vida tal y como está. Y desde luego que quiero tener un millón de recuerdos de mi embarazo con un millón de fotos con mi barrigota. Por muy horrible que sea el embarazo quiero tener recuerdos de como fue tener a mi peque (o peques) dentro de mi. Mi madre no tiene fotos de cuando estaba embarazada, pues en aquella época no se hacían tantas fotos, pero a mí me encantaría tener al menos una de cuando yo o mis hermanos estábamos en la barriga de mi madre. Además, es el único momento en la vida que puedes lucir orgullosa la barriga, que las mujeres nos pasamos media vida metiendo tripa, jajaja. Espero por el bien del bebé que se vaya ilusionando un poco, porque como la cosa siga así... pobrecito mío...
La otra familiar está embarazada de su segundo retoño, así que la cosa es más normalizada. Y mi amiga de la infancia... está ilusionada, aunque creo que debe estar un poco asustada, pues le vienen 3 (y no es de tratamiento, sino "natural"!!!). Me alegré por ella, aunque la vida me sigue pareciendo bastante injusta: unas tanto y otras tampoco...
No sé si me dejaré alguna embarazada en este recuento... porque en algo más de año y medio puede que se me haya olvidado alguien más lejano. Pero 12 embarazos no son pocos. En el fondo me alegro por ellas, pero no puedo ocultar que he llorado de dolor por cada uno de sus embarazos, sobre todo después del negativo.

domingo, 13 de octubre de 2013

LLEGÓ LA LLUVIA

Por fin llueve... Sí, digo por fin. Hay mucha gente que no le gusta el mal tiempo, la lluvia, el frío... A mí no es que me guste especialmente. Lo que me gusta es que haga el tiempo que corresponde a la época en que estamos, y a mediados de octubre pues no toca ir en tirantes y sandalias. Así que sí, por fin llegó la lluvia.
Siempre me gustó el verano, el calorcito, el sol y el buen tiempo, sobre todo porque en verano estoy de vacaciones. Pero este año el verano no ha sido muy bueno... digamos que no guardo muy buen recuerdo, así que tenía muchas ganas de que el verano, o más bien el tiempo veraniego, se acabara de una vez.
Con la llegada de la lluvia y el fresquito me da la sensación que de verdad empezamos una nueva etapa. Se supone que esta semana me llamarán de la clínica para darme noticias y saber cuándo podemos empezar de nuevo el tratamiento. Así que estas lluvias me traen esperanza: esperanza de que sea una buena semana, que tenga que dejar de esperar, esperanza de empezar prontito con un nuevo ciclo, esperanza de que esta vez todo vaya bien, esperanza de quedarme embarazada...
Esta vez las cosas serán distintas, sobre todo porque ahora ya sé todo lo que tengo que saber: sé por adelantado cómo es esto de tomar hormonas y he vivido en primera persona los síntomas que producen y sé los "errores" cometidos, que no pienso ni por asomo volver a repetir. Esta vez será distinto porque no estoy de vacaciones, lo que aún no he decidido es si me tomaré unos días de permiso en el trabajo... Esta vez sí voy a desaparecer un poco del mapa, como quise hacer la primera vez y no pude. Nada de comidas familiares, tareas de limpieza ni nada por el estilo. No pienso hacer reposo, a no ser que el gine me lo aconseje, pero voy a estar tranquilita, así que haré una vida "seminormal". Y esta vez leeré mucho más y daré paseítos relajantes, con el fresquito, porque esta vez ya no es verano.
Pero ahora estoy nerviosa. Tengo algo de ansiedad. A ratos me duele el estómago. A ratos me duele la cabeza. O no tengo nada de hambre o devoro lo que me pillo por delante. Me cuesta centrarme y tengo un montón de cosas a medias a la vez. Aparentemente estoy como siempre, con mi disfraz de superwoman-puede-con-todo, pero por dentro estoy muy nerviosa porque esta espera me desespera... Ya lo sé, no tengo paciencia, y esto es lo que peor llevo de todo el proceso. Sé que una vez que me llamen de la clínica y me digan: "pide cita", se acabaron los nervios. Una vez que me meta en el lío se acaba la ansiedad, porque ya no tengo la sensación de estar esperando, de no saber. Ya sabré fechas probables, o al menos si será antes de finales de año este segundo intento. Y sobre todo sabré si los de Adeslas no me han tomado el pelo, que miedito me da...
Me conozco y sé que esta semana voy vivir pegada al móvil, por si me llaman. Sé que se me saltarán las lágrimas más de una vez. Sé que miraré al cielo y pediré que todo vaya bien. No lo puedo evitar. Soy así...
Sólo espero esta semana salir de dudas y saber plazos. Que las lluvias se lleven los malos recuerdos y me traigan una fecha y un bebé (o dos...).

domingo, 6 de octubre de 2013

EN EL FONDO TENGO SUERTE

Hoy se me ha pegado el disfraz de superwoman-puede-con-todo, aunque esa no es la única razón para el título de la entrada. Aunque esté de bajón sé que en el fondo tengo suerte, mucha suerte. Sé cuál es mi problema para tener hijos desde hace tiempo. Es muy duro que te quiten los ovarios, pero sabes a ciencia cierta lo que te pasa, y realmente no ha sido por ninguna enfermedad ni he pasado por ninguna experiencia excesivamente traumática. Así que en ese sentido tengo suerte. No he tenido que pasar por años de pruebas, distintos tratamientos fallidos..., al menos de momento. Tal y como me sentí con mi negativo, y como a día de hoy me sigo sintiendo cuando me quito el disfraz, tiene que ser horrible pasar por esta sensación una y otra vez. No sé aún cuantos intentos me harán falta para poder ser mamá, ni siquiera sé si lograré conseguirlo, aunque con lo cabezona que soy seguro que si (hoy estoy positiva). Pero de momento tengo suerte.
También tengo mucha suerte porque aunque me tenga que pelear, patalear y tirar de las orejas y algunos pelos (en sentido figurado), mi mutualidad me cubre hasta 4 tratamientos, al menos de momentos, que con estos de los recortes temo yo el cambio de año. Así que de momento tengo suerte. De todos modos estamos ahorrando como pequeñas hormiguitas por si llegado el momento tuviera que hacerme un quinto ciclo, aunque ya habíamos empezado a ahorrar por esto de las listas de esperas y que mientras llega tu turno desapareciera el concierto con la mutua.
Tengo mucha suerte porque tengo una pareja maravillosa, y nunca le ha dado importancia a esto de tener hijos de un modo tan poco tradicional, y a que no lleven mis genes. Esto de los genes ya he comentado que a mi me ha sido siempre indiferente, y supongo que se lo he contagiado a él. No quiero un clon. Quiero un hijo. Quiero llevar un bebé en mi barriga, que pase de ser un granito de azúcar a una lentejita, de una lentejita a un garbancito, y así hasta llegar a un precioso bebé que pueda tener entre mis brazos. Y digo precioso porque sé que será precioso y ya lo quiero aunque ni si quiera exista su esencia. Sé que es una burrada lo que voy a decir, pero mi perro tampoco lleva mis genes y tiene un carácter muy parecido al mío, jajaja. Sé que parte del carácter y el temperamento es heredado, pero también sé que parte es modificable por el ambiente y las experiencias, así que no me preocupa esto de la herencia genética. Y si mi bebé se parece a su papá pues será un bebé muy guapo, y aunque no sea muy guapo, yo lo veré el más guapo de todos, porque seré su madre. Mi bebé o mis bebés, porque sé que la posibilidad de tener embarazo gemelar existe, pero de eso ya hablaré otro día.
Y tengo mucha suerte porque tengo una familia que me apoya y unas amigas que están ahí al pie del cañón (el trío lalala, entre otras). Toda mi familia sabe mi "problema de ovarios", pues mis operaciones no fueron fáciles de ocultar, y tampoco las quise ocultar. Mi bebé o bebés van a saber de donde vienen, desde pequeños, pues el tema se trata en casa con naturalidad, y así seguirá siendo. Cuando tenga curiosidad por saber cómo nacen los bebés y cómo hacen para llegar a la tripa de su mamá les contaré las distintas manera que existen y cuál fue la suya, sin tapujos ni medias verdades, pero con un lenguaje adaptado a la edad que tengan en ese momento.
Y por último, y aunque no tenga que ver nada con el tema, tengo muchísima suerte porque tengo un trabajo que me encanta, trabajo en lo que estudié, en lo que me gusta y disfruto cada día en el trabajo. Tengo un trabajo de lo más gratificante, aunque haya días que llegue a casa muy muy cansada, jeje, pero tengo un trabajo, que no es poco en estos tiempos que corren, y es un trabajo genial, que cada día que pasa me gusta más.

Así que si, en el fondo tengo suerte. Aún cuando se me cae el disfraz de superwoman-puede-con-todo, y lloro hasta quedarme sin aire, sé que tengo mucha suerte. Pero también necesito llorar, no puedo ser fuerte todo el tiempo, y necesito desahogarme de vez en cuando.

sábado, 5 de octubre de 2013

DESPUÉS DEL NEGATIVO

A las dos horas de colgar el teléfono empecé a marchar. Lo que hace la sugestión! jaja. Se supone que la regla me vendría en unos días, pero yo ya empecé a manchar marroncito. Se me pasó por la cabeza si pudiera ser el famoso sangrado de implantación y que por eso la beta diera negativo. Pero no hay que engañarse, nunca hay que engañarse. En el fondo sabía que era la regla, pero en el otro fondo, en el que hay un poco más abajo, me negaba a perder la esperanza. De hecho volví a llamar a la bióloga, para decirle que ya estaba manchando y me confirmó que era la regla, que la beta era negativa negativa.
Una vez me pasó la regla pedí cita con el gine, sobre todo porque aún estaba de vacaciones y no quería dejarlo para más tarde y tener que pedir unas horas en el trabajo, que bastante había faltado ya. A mi gine solo el faltó darme un abrazo, pobre! Si es que son tan majos! Pero yo iba con mi disfraz de superwoman-puede-con-todo y le dije que a la próxima lo conseguiríamos. Me cogió por el hombro y pasamos a que me hiciera la revisión. Estaba todo perfecto, aunque la verdad es que había poco que mirar, como siempre. El endometrio había vuelto a su estado natural, y no había nada más que mirar ahí dentro.
Le pregunté cuánto tiempo tenía que esperar para hacer un nuevo intento, y me dijo que mejor hablara con la bióloga. Ella me dijo que con esperar dos reglas era suficiente, y una de ellas ya la había pasado. De todos modos, me dijo que ella no volvía de vacaciones hasta octubre, y que prefería que esperáramos hasta ese mes, si es que ya sabía algo de ADESLAS. Ah! Se me había olvidado contaros que como me tenía que pelear por que me autorizaran un nuevo ciclo (no me quedaron congelados), el mismito día después de la noticia del negativo me fui a las oficinas de Adeslas para saber si tenía que volver a poner otra reclamación... Pensé que tendría que volver a montar el lío otra vez, así que tenía que ir agilizando tiempo. Pero esta vez, parece que simplemente tengo que seguir el último trámite: cuando tenga la fecha prevista de la transfer ir a pedir el papelito de la autorización y punto. Tardaron en contestarme más de 3 semanas, pero me contestaron. Me parecía increíble, y de hecho, aún me sigue pareciendo increíble. ¿Será todo tan fácil esta vez?
Ahora tenía que esperar a octubre... No me daban pasado los días... De hecho el viernes pasado, 27 de septiembre, llamé a la clínica para preguntar cuando volvía de vacaciones la bio, por si acaso ya volvía el lunes, aunque fuera 30. Quizá penséis que me daba igual esperar unos días más, y no ser pesada, pero creo que ya os he dicho que soy muy pesada y que tengo poca paciencia, que no me gusta esperar. Tenía un poco de ansiedad y necesitaba llamar para quedarme más tranquila, así que llamé.
Deseandito estaba de que llegara el martes, el día 1 de ocutbre, y un poquito antes de las 10 de la mañana llamé a la clínica. Llamé a esa hora porque luego entraba a trabajar y en mi trabajo no puedo estar muy pegada al móvil o no siempre puedo atender las llamadas. Pero mi biológa estaba en la zona estéril y ne llamaría después. Así que me tocó estar en el trabajo con el móvil en el bolsillo para atender la llamada.
Al poquito de llegar al trabajo me llamó, y me dijo que hablaría con Administración para ver si era verdad lo que me había dicho Adeslas, me pregunta las fechas de la última regla, de cuando acaba mi última pastilla, y el día de empezar la nueva caja para apuntarlo todo y empezar a planificar.
Así que en este punto estamos... esperando de nuevo. Y como la espera ya sabéis que la llevo fatal, si la semana que viene no sé nada llamaré de nuevo para saber si Adeslas me dijo la verdad, y si no, para ir de nuevo a las oficinas a "tirar de algunas orejas y patalear un poco".

viernes, 4 de octubre de 2013

LA BETAESPERA

¿Qué decir de la betaespera? No estuve excesivamente nerviosa, aunque sí es cierto que hacía más pis de lo habitual, pero era por dos motivos: el primero es porque estaba bebiendo más que últimamente, y el segundo era un poco de obsesión, de mirar el papel por si había algo más que el rastro de la progesterona.
Pretendía que esos 12 días pasaran con tranquilidad. Estaba de vacaciones y solo quería leer y poco más. Pero por desgracia, mi beta no fue precisamente tranquilita, o al menos todo lo tranquila que yo hubiera querida. Además por circunstancias familiares no pude hacer lo que exactamente quería y tuve que andar de aquí para allá pendiente de otras cosas en vez de en mí y en mis pequeños bebés que habitaban en mi barriguita. Así que hubo muchos días que los pasé algo enfadada, porque quería estar relajada, haciendo lo que me diera la gana en cada momento, y no lo pude hacer. Quería haber desaparecido del mapa esos días, pero no pude. Sólo quería estar tranquila en casa, o dar algún paseíto que otro y leer. Pero esas circunstancias me lo impidieron. También hicieron que mi pareja tuviera que estar pendiente de otras cosas además de mi, de nosotros, lo cual a veces también me molestaba un poco, porque, cosas de las hormonas, pero quería algo más de atención. Y así pasé la beta, con un poco de mal humor. Por esos mis pequeños pensaron que una madre tan gruñona no debía ser buena, así que, evidentemente, la beta salió negativa.
El análisis lo tenía que hacer el miércoles 14 de agosto, y el domingo por la noche, después de una comida familiar en nuestra casa, manché un poco y sentí unos pinchazos algo fuertes en la barriga. Me asusté, y lloré, me preocupé. Sabía lo que estaba pensando, aunque quería mantenerme positiva y seguía acariciando mi barriga y hablando a mis bichines..., pero me olía lo peor. Instinto de madre, jeje.
El miércoles por la mañana temprano fui a la clínica a hacerme el análisis de sangre. Podía haberme hecho el análisis de sangre donde quisiera, pero la bióloga me había dicho que si iba allí que pasara a saludarla, y como es tan maja, pues allí me fui. Hasta primera hora de la tarde no me llamarían con los resultados. ¡Qué horror! Esas horas las pasé en casa, pegada al móvil. Estaba tendiendo la ropa cuando recibí la llamada, y estaba sola, porque habíamos recibido la noticia de un problema familiar, y mi pareja había tenido que marchar... Descolgué el teléfono antes de acabar el primer tono, jajaja, pero ya la voz de la bióloga me lo dijo todo. Con todo el cariño me dijo que "no habíamos tenido suerte" (palabras textuales), que dejara la medicación y en unos días me vendría la regla; una vez acabara la regla y ya sin prisa tenía que pedir cita en el gine para una revisión.
Durante la llamada aguanté el tipo sorprendentemente. Pero fue colgar y me derrumbé. Lloré a moco tendido. Lloré, lloré y lloré, mientras acababa de tender la ropa. Llamé a mi pareja, o le mandé un "wasap", no recuerdo bien, y a los 5 minutos estaba en casa dándome un abrazo enorme, diciéndome que no me preocupara, que ya lo conseguiríamos, y que aunque no lo consiguiéramos él era (y es) tremendamente feliz comnigo. Seguí llorando no sé cuanto tiempo más, pero hice un parón para llamar a mi madre y darle la noticia. Tenía que ponerme el disfraz de chica dura y fuerte para hablar con mis padres, la fachada de superwoman que puede con todo. Y este disfraz aún me aompaña, aunque algunas veces se me cae y las lágrimas vuelven a aflorar, y vuelvo a llorar a moco tendido, porque además me siento culpable por no haber pasado la betaespera como yo hubiera querido, tranquilita.
Y esta es la historia de mi primer negativo...

jueves, 3 de octubre de 2013

LA REVISIÓN Y LA TRANSFER

En la revisión del endometrio estaba todo perfecto (9,9). En esta cita me dijeron que la donante iba muy pero que muy bien, así que fuera haciendo planes de que la transfer sería la semana siguiente, aunque me llamarían para confirmarlo. Ya me llevé un kilo de recetas de utrogestan para tenerla comprada para la transfer.
El 30 de junio me llamó la bióloga para informarme de que casi con toda seguridad el viernes sería la transfer, pero me llamaría para confirmarlo, pues esta llamada era simplemente a título informativo, para que me organizara y esas cosas. Por estos días ya tenía un millón de síntomas provocados por las hormonas: me dolían los pechos un montón. De hecho, no podía ponerme sujetadores con aro, y no podía dormir ni boca a bajo ni sin sujetador. Estaba empezando a estar algo hinchada. Pero me daba igual. Todo por una buena causa. Además de momento estaba yendo todo sobre ruedas!!
El 1 de agosto me llamaron para confirmarme que efectivamente al día siguiente era la transfer. Antes de las 10 teníamos que estar allí. Se me había olvidado comentar que la muestra del semen ya la habíamos dejado y la habían congelado, pues en la clínica preferían eliminar la presión a los chicos y que puedan dejar la muestra con tranquilidad. Tenía que ir sin tomar ni leche ni sólidos; esto no lo entendía mucho, pero luego lo pregunté y me dijeron que era por si acaso algo iba mal y me tenían que sedar, poder hacerlo prontito y no tener que esperar. Desde ese día a mediodía tenía que ponerme 300 mg de progesterona, que también tendría que llevar para poner después de la transfer. También tenía que ir con la vejiga llena.
La transfer salió muy bien. Me pusieron dos embriones de calidad B, pero ninguno para congelar (ups), así que ya estaba pensando que si de esta no iba me tocaría pelearme de nuevo con ADESLAS, pero es lo que hay.
La verdad es que el trato en la clínica es fenomenal. Estoy encantada. Todo el mundo muy pendiente de mi: mi gine, mi bióloga, la otra bióloga de la clínica, la enfermera... Todos encantadores. Después de la transfer dejaron pasar a mi pareja mientras yo me quedaba en reposito durante unos 20 minutos. Esos 20 minutos se me hicieron largos. Cuando pasó ese tiempo volvió mi gine para desearme suerte y decirme una vez más que todo había salido fenomenal. También me dijo que no era necesario que guardara reposo, pero mejor que hoy me fuera para casita y me quedara en el sofá. Por supuesto nada de esfuerzos, coger pesos, relaciones, baños de inmersión... Luego vino también mi bióloga para recordarme las instrucciones, desearme suerte y que estuviera tranquila, que me podía reír sin miedo que los embriones no se me iban a caer ni por estornudar fuerte (jajaj, me hizo gracia). Me dijo que si me gustaba el aquarius que tomara, sin sustituirlo por el agua, que había estudios que decían que era bueno, aunque había otros estudios que decían que no hace nada, pero que por probar no perdíamos nada. Y que no me olvidara ni de la meriestra ni del utrogestan cada 8 horas (imposible olvidarme con las alarmas del móvil).
El día 14 tendría la prueba de embarazo, 12 días después de la transfer. Sólo quería que todo fuera bien...