domingo, 13 de octubre de 2013

LLEGÓ LA LLUVIA

Por fin llueve... Sí, digo por fin. Hay mucha gente que no le gusta el mal tiempo, la lluvia, el frío... A mí no es que me guste especialmente. Lo que me gusta es que haga el tiempo que corresponde a la época en que estamos, y a mediados de octubre pues no toca ir en tirantes y sandalias. Así que sí, por fin llegó la lluvia.
Siempre me gustó el verano, el calorcito, el sol y el buen tiempo, sobre todo porque en verano estoy de vacaciones. Pero este año el verano no ha sido muy bueno... digamos que no guardo muy buen recuerdo, así que tenía muchas ganas de que el verano, o más bien el tiempo veraniego, se acabara de una vez.
Con la llegada de la lluvia y el fresquito me da la sensación que de verdad empezamos una nueva etapa. Se supone que esta semana me llamarán de la clínica para darme noticias y saber cuándo podemos empezar de nuevo el tratamiento. Así que estas lluvias me traen esperanza: esperanza de que sea una buena semana, que tenga que dejar de esperar, esperanza de empezar prontito con un nuevo ciclo, esperanza de que esta vez todo vaya bien, esperanza de quedarme embarazada...
Esta vez las cosas serán distintas, sobre todo porque ahora ya sé todo lo que tengo que saber: sé por adelantado cómo es esto de tomar hormonas y he vivido en primera persona los síntomas que producen y sé los "errores" cometidos, que no pienso ni por asomo volver a repetir. Esta vez será distinto porque no estoy de vacaciones, lo que aún no he decidido es si me tomaré unos días de permiso en el trabajo... Esta vez sí voy a desaparecer un poco del mapa, como quise hacer la primera vez y no pude. Nada de comidas familiares, tareas de limpieza ni nada por el estilo. No pienso hacer reposo, a no ser que el gine me lo aconseje, pero voy a estar tranquilita, así que haré una vida "seminormal". Y esta vez leeré mucho más y daré paseítos relajantes, con el fresquito, porque esta vez ya no es verano.
Pero ahora estoy nerviosa. Tengo algo de ansiedad. A ratos me duele el estómago. A ratos me duele la cabeza. O no tengo nada de hambre o devoro lo que me pillo por delante. Me cuesta centrarme y tengo un montón de cosas a medias a la vez. Aparentemente estoy como siempre, con mi disfraz de superwoman-puede-con-todo, pero por dentro estoy muy nerviosa porque esta espera me desespera... Ya lo sé, no tengo paciencia, y esto es lo que peor llevo de todo el proceso. Sé que una vez que me llamen de la clínica y me digan: "pide cita", se acabaron los nervios. Una vez que me meta en el lío se acaba la ansiedad, porque ya no tengo la sensación de estar esperando, de no saber. Ya sabré fechas probables, o al menos si será antes de finales de año este segundo intento. Y sobre todo sabré si los de Adeslas no me han tomado el pelo, que miedito me da...
Me conozco y sé que esta semana voy vivir pegada al móvil, por si me llaman. Sé que se me saltarán las lágrimas más de una vez. Sé que miraré al cielo y pediré que todo vaya bien. No lo puedo evitar. Soy así...
Sólo espero esta semana salir de dudas y saber plazos. Que las lluvias se lleven los malos recuerdos y me traigan una fecha y un bebé (o dos...).

3 comentarios:

  1. La espera es lo que peor se lleva.Espero que te llamen muy prontito del hospital para volver a empezar, es muy positivo que tengas esperanzas, que te mantengas con la mente despejada.Te deseo muchísima suerte en este nuevo tratamiento!!!! y cuídate mucho. Espero impaciente tu nueva entrada. Besos!!!

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    1. Muchas gracias Sueños. En cuanto tenga noticias os cuenta... mientras tanto iré dejando mis pensamientos sueltos por la red... Un abrazo

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  2. Entiendo perfectamente los sentimientos que describes en esta entrada, es muy duro desear un hij@ , que te cueste ver realizado este sueño y a la vez tengas que compartir un embarazo de un familiar, a mi también me pasó y realmente se pasa mal. Besos!!!

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