domingo, 29 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO

Estamos pasando las navidades fuera de España. Era un viaje que teníamos pendiente para estar con parte de la familia que tenemos viviendo fuera, asi que hemos aprovechado las vacaciones de Navidad, y que no empezamos el nuevo ciclo hasta enero, para hacer esta visita y pasar las fiestas en el extranjero,  jeje. Asi que ni me puedo conectar demasiado (solo wifi con el móvil), ni puedo andar mucho por Internet.  Pero no quería acabar el año sin felicitaros a todos una feliz navidad y un feliz año 2014, en el que esperemos que todos nuestros deseos se cumplan,  aunque yo me conformo con uno solo, jeje. 
Un besote enorme y que disfrutéis de estas fiestas.
Nos vemos después de reyes.

jueves, 12 de diciembre de 2013

NAVIDAD

Llegada esta época no tengo mucho tiempo para nada más que el trabajo, porque tengo que preparar un montón de cositas antes de las vacaciones, que ya están ahí mismo. Este mes me está pasando volando, ya estamos a mediados prácticamente y queda una semanita nada más para las vacaciones ¡qué ganas! Aunque reconozco que estas navidades son un poco raras. Siempre he sido muy navideña, pero reconozco "estoy algo rara". Ya sabéis que hay varias embarazas en la familia, así que no me apetece mucho el juntarnos por si acaso me da un poco el bajón, aunque hoy por hoy me siento bastante fuerte, aunque nunca se sabe.
Además nos vamos a ir fuera a pasar fin de año y reyes, y es la primera vez que no paso esas fiestas con mi familia, pero sé que vamos a estar muy bien, que vamos ver a otra parte de la familia, aunque será raro tomar las uvas fuera de casa.
Y por último tengo unas ganas locas de que pasen las navidades y empezar el ciclo, para que engañarnos, jeje.
En lo que queda de semana y hasta el día 20 no sé si tendré mucho tiempo para andar en internet, pero en cuanto tenga un ratito me paseo por aquí.

viernes, 6 de diciembre de 2013

UN NUEVO CICLO

Traemos buenas noticias, pero no he podido contaros antes porque estoy malísima de catarro y llevo unos días que no puedo con el alma... Pero estamos muy contentos porque volvemos a la carga!!.
La fecha posible de la transfer será la última semana de enero, con lo que estoy contentísima, porque así puedo pasar unas navidades tranquilitas, hacer un pequeño viajecito que tenemos pendiente sin preocuparme por síntomas ni nada. Mañana mismo empiezo con mis pastillas, mis hormonas de siempre, que supongo que sustituyen a las anticonceptivas que muchas tomaréis para cuadrar el ciclo con la donante, pero tengo que alargarlas una semanita más, con lo que mi última regla (eso espero) me vendrá sobre Reyes, y tendré que empezar a tomar la meriestra. Yo no tengo que pincharme para "parar" los ovarios, así que la medicación es muy sencilla: únicamente la meriestra cada 8 horas y desde el día de antes de la transfer utrogestan vía vaginal también cada 8 horas. Entre medias me harán una eco para ver cómo va el endometrio y un análisis hormonal , y si todo va bien, pues lo dicho, la última semana de enero tendré a mis bebés en mi barrigota, y espero que esta vez se quieran quedar.
Me he quitado un peso enorme de encima, que ya sabéis que esto de la espera e incertidumbre se me da fata. Ahora ya sé los plazos, las fechas y, a diferencia de la primera vez, sé cómo va todo y cómo responde mi cuerpo más o menos a las hormonas. También sé que no voy a repetir "pequeños errores" de la primera vez. Así que estoy supertranquila, superrelajada y superfeliz. Tengo los pies en el suelo, y sé que la posibilidad de que esta vez tampoco salga bien está ahí, pero la esperanza de que todo vaya bien es muy grande, y como sé que es muy importante estar positiva, pues ala, a estar superpositiva también, jeje.
A pesar de los estornudos, el dolor de cabeza, la tos, los mocos y la congestión brutal que tengo, estoy fenomenal. Y este mesecito me toca cuidarme mucho para tener mi cuerpo (y mi mente) preparado para recibir a los peques.

Se me había olvidado contaros que me han cambiado de donante. Me ha dicho la bióloga que cuando no hay embarazo cambian de donante "por si acaso". Pero lo que más me ha gustado de la visita del miércoles es la conversación que tuvimos, sobre todo cuando me dijo que en plenas navidades no le gusta hacer los ciclos porque las donantes tienen que estar muy pendientes de los pinchazos, las visitas a controles, etc., y son fechas muy comprometidas, de viajes, visitas familiares... y prefiere que estén tranquilitas en navidad y que luego empiecen el ciclo más relajaditas. Así que aprovechan las navidades para "cuadrar" nuestros ciclos con los anticonceptivos y empezar con la estimulación ovárica una vez hayan pasado las fiestas. Me encanta cómo cuidan a las donantes. Estas chicas hacen algo maravilloso, y realmente hay que cuidarlas, así que un 10 para mi clínica una vez más, porque no sólo me cuidan a mí, sino también a mi donante.

viernes, 29 de noviembre de 2013

SIN MUCHO TIEMPO...

Llevo algo más de dos semanas que no doy a basto con todo lo que tengo y/o quiero hacer, así que he abandonado un poco el mundo blogueril, no sólo mi blog, sino leer aquellos que sigo. Casi ni me siento delante del ordenador, así que lo siento por abandonaros.
Ahora ya empieza diciembre, y espero organizarme un poco mejor para tener más tiempo para todo: la casa, el trabajo, internet y los blogs.
A ver que novedades nos trae diciembre. De momento, el miércoles tengo cita con la biólogo para organizar el nuevo ciclo, y ya que estamos en diciembre (casi) no sé si prefiero esperarme a que acaben las fiestas.
Ya os contaré lo que pasa...
Ahora me voy a dar un repaso por todos los blogs que tengo tan abandonados.
Un besito de buenas noches

lunes, 11 de noviembre de 2013

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE

Pero no quiero desesperarme.
Quienes me leéis ya sabéis que esto de esperar y tener paciencia lo llevo realmente mal, pero ahora es lo que me toca...
En la última llamada de la clínica me confirmaron que la aseguradora me cubre un nuevo intento sin tener que arrancarme la piel en el intento, y que me llamarán para el nuevo ciclo. Yo pensaba que me llamarían en breve, pero mi cabeza (y mi corazón) va más rápido que el mundo real. Me tranquiliza pensar que en el anterior ciclo tardaron un par de meses en organizarse, buscar a la donante y esas cosas, pues como ya os he dicho es una clínica que no se dedica única y exclusivamente a los tratamientos de infertilidad. Así que imagino que en eso estarán.
Me asaltan las tentaciones de llamar para saber algo, o para que no se olviden de mí, jajaja, pero es absurdo, así que me toca esto de esperar que lo llevo tan mal.
Intento estar tranquila y relajada. Bebo infusiones relajantes, hago algo de gimnasia, yoga, etc., y he empezado a hacerme una pequeña lista de objetivos a corto plazo. Se trata de estar centrada en pequeñas cosas que me ocupen el tiempo y los pensamientos. Todos los días me marco algún objetivo para obligarme a hacer esas "cosas buenas para el ánimo", porque estoy en un momento de parón emocional: no me apetece hacer nada, así que me tengo que obligar (a tomar las infusiones, a hacer gimnasia, a hacer yoga...). Me marco tres o cuatro objetivos al día del tipo "cosas que sin falta tengo que hacer" y un objetivo más grande semanal. Y ahí vamos... porque si me dejo llevar no hago nada más que darle vueltas al coco.
En el fondo no estoy mal, solo un poco de bajón, pero quiero ponerle freno cuanto antes no vaya a ser que el desánimo se apodere de mí, porque hay ratos que solo me apetece hundir la cara en la almohada y llorar hasta quedarme sin lágrimas. A esto se han sumado algunos acontecimientos familiares y económicos que nos han dejado un poco trastocados, así que llevo un par de semanitas que me cuesta ver la luz al final del túnel... Pero pronto la veré, estoy segura.

viernes, 1 de noviembre de 2013

PEQUEÑAS COSAS QUE OCUPAN EL TIEMPO Y LA CABEZA

En la anterior entrada hablaba de que es imposible no pensar, y ahora que ya lo he asumido como algo normal, también me he dado cuenta que hay ciertas cosas que me hacen entretenerme más que otras, lo que me hace estar más ocupada y puede que más animada cuando me da un poco de bajoncillo.
La primera de ellas es la música. Me gusta mucho la música tipo dance, pero no el "chunda-chunda", sino las más comerciales, y como todas son en inglés y no entiendo ni papa, pues ala, no me hacen pensar. Si estoy sola en casa y pongo música me da por bailotear un poco, así que de paso quemo algo de calorías. También me he propuesto reanudar un poco el ejercicio. Antes del tratamiento abandoné el gimnasio y prácticamente cualquier tipo de ejercicio físico. Y como tengo mi vida un poco en pause, esperando que en breve me llamen para empezar el nuevo ciclo, no quiero apuntarme de nuevo, porque igual en un mes tendría que dejarlo de nuevo. Así que me pongo musiquita en casa y hacer gimnasia se ha dicho! De vez en cuando, cuando no llueve, también salgo a caminar pero a paso apurado; me pongo los cascos para no pensar en nada y ahí voy kilómetro a kilómetro al ritmo de la música.
Otra de las cosas que me entretiene mucho son las tareas del jardín. Tenemos un jardín pequeñito, con poquitas cosas, pero de vez en cuando hay que dedicarle algo de tiempo. Me sorprende que mientras estoy cortando los setos, podando los geranios o cortando el césped no se me vaya la cabeza a mil sitios. Pero no, mi cabeza se queda quietita, concentrada en... no sé muy bien en qué, porque no creo que quitar las hojas secas secas de los geranios requiera demasiada concentración. Pero me sienta bien, así que cuando el tiempo lo permite, salgo al jardín a quitar alguna hierbita mala, alguna hojita seca, a podar una ramita del seto que se dispara... y así paso el rato.
Y por último, lo que más me evade es leer, aunque últimamente no saco mucho tiempo para ello. Pero es fantástico enfrascarte en buen libro, concentrarte en la historia y no pensar más allá de lo que le pasa a los protagonistas. En vacaciones, que es cuando realmente tengo tiempo, me puedo pasar horas y horas seguidas leyendo, sobre todo si el libro en cuestión me engancha. Y realmente es una de mis "terapias ocupacionales" favoritas.
Quizá hay otras pequeñas cosas que también me entretienen, pero no tanto ni tanto tiempo como estas tres. Así que las pongo en las posiciones más altas de mi lista de entretenimientos para no pensar, al menos para no pensar tanto.

miércoles, 23 de octubre de 2013

IMPOSIBLE NO PENSAR

Hay días, o más bien hay momentos en el día, que es imposible no pensar.
Por muy ocupada que tenga la cabeza, y creerme que estoy ocupada, los pensamientos se me van siempre hacia el mismo sitio... la maternidad.
Incluso he llegado a imaginarme cómo me organizaría con un bebé o con dos: dónde pondría la cunita, cómo sería la hora de baño (que me da pavor, jeje), cómo hacer cuando me reincorporara al trabajo, etc. Es decir, que durante todo este tiempo que llevo peleando con el tema maternidad ya me he imaginado todo tipo de situaciones. Se me va tanto la pinza que hasta me he fijado en las aceras del recorrido que hay desde mi casa hasta el centro de pueblo, porque hay tramos tan estrechos que no pasa un carrito...
Hay días que hasta me paralizo... Sí, con todo lo que tengo que hacer... y no soy capaz de hacer nada. Es como si me bloqueara, como si este estado de espera me hiciera entrar en modo "stand by". Me puedo quedar un buen rato en el sofá o en la silla del ordenador en estado de desconexión total, o a veces imaginando tareas maternales.
Otro de las cosas que me hacen desconectar de la vida es el tema internet. Por suerte o por desgracia, mi trabajo me hace estar metida en internet buscando cosas y buceando ente mil páginas, y entre página y página miro el correo, el face, algunos blogs que sigo, y esos blogs me hacen ver varios blogs de maternidad y/o infertilidad que también sigo, y una cosa lleva a la otra y acabo con el Dr. Google viendo cosas sobre lactancia materna, cunas, cochecitos de bebés, etc., etc.
Y el sumun de la locura es cuando me pongo a analizar el calendario: cuándo me va a venir la regla, pero no solo la próxima sino la siguiente y la siguiente, e intento calcular cuando podría ser la transferencia, y una cosa me lleva a la otra y ya empiezo a calcular las 40 semanas de embarazo, la baja maternal y dependiendo del mes cómo afectaría a mi trabajo y si me cogería la lactancia acumulada o no... 
Así que creo que estoy perdiendo la cabeza, o al menos por momentos la pierdo. Lo único que me consuela es que siempre he sido así. Siempre le he dado cien mil vueltas a las cosas, pero no para decidirme, sino porque mi imaginación echa a volar con mucha facilidad y muy a menudo, y con cualquier tema. Así que dentro de lo malo, estos desvaríos entran dentro de mi normalidad.
Así que hoy he llegado a resignarme y dejar de luchar porque es imposible no pensar.

lunes, 21 de octubre de 2013

EN BREVE EMPEZAREMOS DE NUEVO

La semana pasada por fin recibí la ansiada llamada, aunque simplemente me confirmaron que en breve empezaremos de nuevo, que está todo aprobado por Adeslas y por la Administración de la clínica, así que espero que no tarden demasiado en llamarnos para empezar el nuevo ciclo.
Yo espero que no tarden mucho en llamar, que ya sabéis que la espera lo llevo fatal, pero al menos me he quitado un poco de encima al saber que no tengo que pelearme, patalear, protestar y reclamar de nuevo, que eso me agota...
Ahora tienen que organizarse en la clínica y con la donante y ya me llamarán. Mi clínica no es un centro especializado en reproducción asistida, como otros (tipo IVI, por ejemplo), sino que es un centro médico ginecológico (aunque también tienen algo de traumatología, pediatras...). También es hospital materno. Y lo cierto es que tiene desde hace muchos años muchísima fama (buena) en cuanto a ginecología, pues desde siempre quien quería llevar el embarazo por lo privado, iba a esta clínica. Por ese sentido estoy muy tranquila, pues no dudo de su profesionalidad. Además, está el tema humano, que es inmejorable, por lo que estoy encantadísima. 
Así que de nuevo toca la espera, aunque estos días lo estoy llevando mejor. Quizá sea porque me sale el trabajo por las orejas jajaja, que tengo tanto que hacer que no me da tiempo ni a pensar en otra cosa. Por un lado eso está bien, pero también me apetece vaguear un poquito en el sofá, delante de la tele y con el ordenador...
Ya os iré contando...

miércoles, 16 de octubre de 2013

EMBARAZOS AJENOS

Desde que andamos en esto de la pelea y búsqueda del bebé (o bebés) aparecen embarazadas de debajo de las piedras. Al principio lo llevaba medio-bien: un par de conocidas, un par de amigas de la infancia y una amiga, todas primerizas excepto dos, y me alegré especialmente de dos: de mi amiga evidentemente, que además me dio la noticia cuando estaba de muy poquito y tuve que guardar el secreto, y también me alegré mucho por una mis amigas de la infancia porque llevaba mucho tiempo intentando quedarse embarazada. Estas noticias llegaron hace algo más de año y medio; de hecho hoy uno de los bebés está de cumple...
Ahora ya lo voy llevando peor... Un poco antes del verano y a principio del mismo me fueron comunicando más embarazos: 4 parejas de amigos... Cuando me enteré no lo llevé mal, porque de hecho yo estaba en planes de hacerme la ovo en el verano y hasta me hizo algo de gracia, porque si me quedaba a la primera (ilusa de mí) iba a ser un baby-boom. Pero claro, llegó el negativo, así que dejó de hacerme tanta gracia...
Y después del negativo... 3 noticias de embarazo más: 2 familiares y otra de las amigas de la infancia. Y estas sí que las llevé bastante mal; pesaba demasiado el negativo, y además una de las familiares no tenía ninguna ilusión por su nuevo estado; vamos, que era cómo si le hubieran pisado un juanete del pie. Cuando dio la noticia, me tragué las lágrimas y mi frustrada ovo y le pregunté a la nueva-futura-mamá lo típico: "¿qué tal estás? ¿qué tal lo llevas?" Después de tantos embarazos cercanos sé que hay quien lo lleva estupendamente y quien en los primeros meses lo lleva algo peor o fatal del todo, pero sé que a todas las recién embarazas les encanta hablar del tema, algo lógico y normal, porque a pesar de los posibles vómitos, malestares, mareos y demás, están encantadas con el nuevo estado. Pero resulta que no, que no todas están encantadas con el nuevo estado... A lo que iba: la nueva-futura-mamá me dio una respuesta a mi cortés pregunta que casi hace que me caiga de culo: ahora lo llevaba mejor pero que al principio lo pasó fatal psicológicamente, pero como ya estaba hecho, ya lo había asimilado, que ella podría pasar perfectamente sin tener hijos. Intenté no poner ninguna cara, es decir no mostrar ninguna expresión, pero me dieron ganas de gritar y patalear, de impotencia, de rabia, de injusticia (dios le da pan al que no tiene dientes). No sé si quedó embarazada sin quererlo, pero aún así es algo que en pleno siglo XXI no llego a entender; existen un sinfín de métodos anticonceptivos (incluida la píldora del día después)... No sé si cedió a los deseos de su pareja... No sé lo que pasó y no quiero saberlo, por si acaso... La conversación siguió, claro, no acabó ahí: que si ella quería seguir haciendo su vida, que no quería sacarse ni una foto hasta después de un año de que naciera el bebé (para tener tiempo a recuperar la figura) y un montón más de cosas por el estilo. 
A mi se me fue haciendo un nudo cada vez más grande en la garganta. Un bebé te cambia la vida, quieras o no, pero te la cambia, mucho o poco, pero te la cambia. Por mucho que delegues y pases del bebé y se lo vayas dejando a todo el mundo que se ofrezca a cuidarlo para tu seguir con tu vida, un bebé te cambia la vida aunque solo sea un poquito. Quizá esté yo equivocada. Yo quiero un bebé (o dos) que me cambien la vida, y eso que adoro mi vida tal y como está. Y desde luego que quiero tener un millón de recuerdos de mi embarazo con un millón de fotos con mi barrigota. Por muy horrible que sea el embarazo quiero tener recuerdos de como fue tener a mi peque (o peques) dentro de mi. Mi madre no tiene fotos de cuando estaba embarazada, pues en aquella época no se hacían tantas fotos, pero a mí me encantaría tener al menos una de cuando yo o mis hermanos estábamos en la barriga de mi madre. Además, es el único momento en la vida que puedes lucir orgullosa la barriga, que las mujeres nos pasamos media vida metiendo tripa, jajaja. Espero por el bien del bebé que se vaya ilusionando un poco, porque como la cosa siga así... pobrecito mío...
La otra familiar está embarazada de su segundo retoño, así que la cosa es más normalizada. Y mi amiga de la infancia... está ilusionada, aunque creo que debe estar un poco asustada, pues le vienen 3 (y no es de tratamiento, sino "natural"!!!). Me alegré por ella, aunque la vida me sigue pareciendo bastante injusta: unas tanto y otras tampoco...
No sé si me dejaré alguna embarazada en este recuento... porque en algo más de año y medio puede que se me haya olvidado alguien más lejano. Pero 12 embarazos no son pocos. En el fondo me alegro por ellas, pero no puedo ocultar que he llorado de dolor por cada uno de sus embarazos, sobre todo después del negativo.

domingo, 13 de octubre de 2013

LLEGÓ LA LLUVIA

Por fin llueve... Sí, digo por fin. Hay mucha gente que no le gusta el mal tiempo, la lluvia, el frío... A mí no es que me guste especialmente. Lo que me gusta es que haga el tiempo que corresponde a la época en que estamos, y a mediados de octubre pues no toca ir en tirantes y sandalias. Así que sí, por fin llegó la lluvia.
Siempre me gustó el verano, el calorcito, el sol y el buen tiempo, sobre todo porque en verano estoy de vacaciones. Pero este año el verano no ha sido muy bueno... digamos que no guardo muy buen recuerdo, así que tenía muchas ganas de que el verano, o más bien el tiempo veraniego, se acabara de una vez.
Con la llegada de la lluvia y el fresquito me da la sensación que de verdad empezamos una nueva etapa. Se supone que esta semana me llamarán de la clínica para darme noticias y saber cuándo podemos empezar de nuevo el tratamiento. Así que estas lluvias me traen esperanza: esperanza de que sea una buena semana, que tenga que dejar de esperar, esperanza de empezar prontito con un nuevo ciclo, esperanza de que esta vez todo vaya bien, esperanza de quedarme embarazada...
Esta vez las cosas serán distintas, sobre todo porque ahora ya sé todo lo que tengo que saber: sé por adelantado cómo es esto de tomar hormonas y he vivido en primera persona los síntomas que producen y sé los "errores" cometidos, que no pienso ni por asomo volver a repetir. Esta vez será distinto porque no estoy de vacaciones, lo que aún no he decidido es si me tomaré unos días de permiso en el trabajo... Esta vez sí voy a desaparecer un poco del mapa, como quise hacer la primera vez y no pude. Nada de comidas familiares, tareas de limpieza ni nada por el estilo. No pienso hacer reposo, a no ser que el gine me lo aconseje, pero voy a estar tranquilita, así que haré una vida "seminormal". Y esta vez leeré mucho más y daré paseítos relajantes, con el fresquito, porque esta vez ya no es verano.
Pero ahora estoy nerviosa. Tengo algo de ansiedad. A ratos me duele el estómago. A ratos me duele la cabeza. O no tengo nada de hambre o devoro lo que me pillo por delante. Me cuesta centrarme y tengo un montón de cosas a medias a la vez. Aparentemente estoy como siempre, con mi disfraz de superwoman-puede-con-todo, pero por dentro estoy muy nerviosa porque esta espera me desespera... Ya lo sé, no tengo paciencia, y esto es lo que peor llevo de todo el proceso. Sé que una vez que me llamen de la clínica y me digan: "pide cita", se acabaron los nervios. Una vez que me meta en el lío se acaba la ansiedad, porque ya no tengo la sensación de estar esperando, de no saber. Ya sabré fechas probables, o al menos si será antes de finales de año este segundo intento. Y sobre todo sabré si los de Adeslas no me han tomado el pelo, que miedito me da...
Me conozco y sé que esta semana voy vivir pegada al móvil, por si me llaman. Sé que se me saltarán las lágrimas más de una vez. Sé que miraré al cielo y pediré que todo vaya bien. No lo puedo evitar. Soy así...
Sólo espero esta semana salir de dudas y saber plazos. Que las lluvias se lleven los malos recuerdos y me traigan una fecha y un bebé (o dos...).

domingo, 6 de octubre de 2013

EN EL FONDO TENGO SUERTE

Hoy se me ha pegado el disfraz de superwoman-puede-con-todo, aunque esa no es la única razón para el título de la entrada. Aunque esté de bajón sé que en el fondo tengo suerte, mucha suerte. Sé cuál es mi problema para tener hijos desde hace tiempo. Es muy duro que te quiten los ovarios, pero sabes a ciencia cierta lo que te pasa, y realmente no ha sido por ninguna enfermedad ni he pasado por ninguna experiencia excesivamente traumática. Así que en ese sentido tengo suerte. No he tenido que pasar por años de pruebas, distintos tratamientos fallidos..., al menos de momento. Tal y como me sentí con mi negativo, y como a día de hoy me sigo sintiendo cuando me quito el disfraz, tiene que ser horrible pasar por esta sensación una y otra vez. No sé aún cuantos intentos me harán falta para poder ser mamá, ni siquiera sé si lograré conseguirlo, aunque con lo cabezona que soy seguro que si (hoy estoy positiva). Pero de momento tengo suerte.
También tengo mucha suerte porque aunque me tenga que pelear, patalear y tirar de las orejas y algunos pelos (en sentido figurado), mi mutualidad me cubre hasta 4 tratamientos, al menos de momentos, que con estos de los recortes temo yo el cambio de año. Así que de momento tengo suerte. De todos modos estamos ahorrando como pequeñas hormiguitas por si llegado el momento tuviera que hacerme un quinto ciclo, aunque ya habíamos empezado a ahorrar por esto de las listas de esperas y que mientras llega tu turno desapareciera el concierto con la mutua.
Tengo mucha suerte porque tengo una pareja maravillosa, y nunca le ha dado importancia a esto de tener hijos de un modo tan poco tradicional, y a que no lleven mis genes. Esto de los genes ya he comentado que a mi me ha sido siempre indiferente, y supongo que se lo he contagiado a él. No quiero un clon. Quiero un hijo. Quiero llevar un bebé en mi barriga, que pase de ser un granito de azúcar a una lentejita, de una lentejita a un garbancito, y así hasta llegar a un precioso bebé que pueda tener entre mis brazos. Y digo precioso porque sé que será precioso y ya lo quiero aunque ni si quiera exista su esencia. Sé que es una burrada lo que voy a decir, pero mi perro tampoco lleva mis genes y tiene un carácter muy parecido al mío, jajaja. Sé que parte del carácter y el temperamento es heredado, pero también sé que parte es modificable por el ambiente y las experiencias, así que no me preocupa esto de la herencia genética. Y si mi bebé se parece a su papá pues será un bebé muy guapo, y aunque no sea muy guapo, yo lo veré el más guapo de todos, porque seré su madre. Mi bebé o mis bebés, porque sé que la posibilidad de tener embarazo gemelar existe, pero de eso ya hablaré otro día.
Y tengo mucha suerte porque tengo una familia que me apoya y unas amigas que están ahí al pie del cañón (el trío lalala, entre otras). Toda mi familia sabe mi "problema de ovarios", pues mis operaciones no fueron fáciles de ocultar, y tampoco las quise ocultar. Mi bebé o bebés van a saber de donde vienen, desde pequeños, pues el tema se trata en casa con naturalidad, y así seguirá siendo. Cuando tenga curiosidad por saber cómo nacen los bebés y cómo hacen para llegar a la tripa de su mamá les contaré las distintas manera que existen y cuál fue la suya, sin tapujos ni medias verdades, pero con un lenguaje adaptado a la edad que tengan en ese momento.
Y por último, y aunque no tenga que ver nada con el tema, tengo muchísima suerte porque tengo un trabajo que me encanta, trabajo en lo que estudié, en lo que me gusta y disfruto cada día en el trabajo. Tengo un trabajo de lo más gratificante, aunque haya días que llegue a casa muy muy cansada, jeje, pero tengo un trabajo, que no es poco en estos tiempos que corren, y es un trabajo genial, que cada día que pasa me gusta más.

Así que si, en el fondo tengo suerte. Aún cuando se me cae el disfraz de superwoman-puede-con-todo, y lloro hasta quedarme sin aire, sé que tengo mucha suerte. Pero también necesito llorar, no puedo ser fuerte todo el tiempo, y necesito desahogarme de vez en cuando.

sábado, 5 de octubre de 2013

DESPUÉS DEL NEGATIVO

A las dos horas de colgar el teléfono empecé a marchar. Lo que hace la sugestión! jaja. Se supone que la regla me vendría en unos días, pero yo ya empecé a manchar marroncito. Se me pasó por la cabeza si pudiera ser el famoso sangrado de implantación y que por eso la beta diera negativo. Pero no hay que engañarse, nunca hay que engañarse. En el fondo sabía que era la regla, pero en el otro fondo, en el que hay un poco más abajo, me negaba a perder la esperanza. De hecho volví a llamar a la bióloga, para decirle que ya estaba manchando y me confirmó que era la regla, que la beta era negativa negativa.
Una vez me pasó la regla pedí cita con el gine, sobre todo porque aún estaba de vacaciones y no quería dejarlo para más tarde y tener que pedir unas horas en el trabajo, que bastante había faltado ya. A mi gine solo el faltó darme un abrazo, pobre! Si es que son tan majos! Pero yo iba con mi disfraz de superwoman-puede-con-todo y le dije que a la próxima lo conseguiríamos. Me cogió por el hombro y pasamos a que me hiciera la revisión. Estaba todo perfecto, aunque la verdad es que había poco que mirar, como siempre. El endometrio había vuelto a su estado natural, y no había nada más que mirar ahí dentro.
Le pregunté cuánto tiempo tenía que esperar para hacer un nuevo intento, y me dijo que mejor hablara con la bióloga. Ella me dijo que con esperar dos reglas era suficiente, y una de ellas ya la había pasado. De todos modos, me dijo que ella no volvía de vacaciones hasta octubre, y que prefería que esperáramos hasta ese mes, si es que ya sabía algo de ADESLAS. Ah! Se me había olvidado contaros que como me tenía que pelear por que me autorizaran un nuevo ciclo (no me quedaron congelados), el mismito día después de la noticia del negativo me fui a las oficinas de Adeslas para saber si tenía que volver a poner otra reclamación... Pensé que tendría que volver a montar el lío otra vez, así que tenía que ir agilizando tiempo. Pero esta vez, parece que simplemente tengo que seguir el último trámite: cuando tenga la fecha prevista de la transfer ir a pedir el papelito de la autorización y punto. Tardaron en contestarme más de 3 semanas, pero me contestaron. Me parecía increíble, y de hecho, aún me sigue pareciendo increíble. ¿Será todo tan fácil esta vez?
Ahora tenía que esperar a octubre... No me daban pasado los días... De hecho el viernes pasado, 27 de septiembre, llamé a la clínica para preguntar cuando volvía de vacaciones la bio, por si acaso ya volvía el lunes, aunque fuera 30. Quizá penséis que me daba igual esperar unos días más, y no ser pesada, pero creo que ya os he dicho que soy muy pesada y que tengo poca paciencia, que no me gusta esperar. Tenía un poco de ansiedad y necesitaba llamar para quedarme más tranquila, así que llamé.
Deseandito estaba de que llegara el martes, el día 1 de ocutbre, y un poquito antes de las 10 de la mañana llamé a la clínica. Llamé a esa hora porque luego entraba a trabajar y en mi trabajo no puedo estar muy pegada al móvil o no siempre puedo atender las llamadas. Pero mi biológa estaba en la zona estéril y ne llamaría después. Así que me tocó estar en el trabajo con el móvil en el bolsillo para atender la llamada.
Al poquito de llegar al trabajo me llamó, y me dijo que hablaría con Administración para ver si era verdad lo que me había dicho Adeslas, me pregunta las fechas de la última regla, de cuando acaba mi última pastilla, y el día de empezar la nueva caja para apuntarlo todo y empezar a planificar.
Así que en este punto estamos... esperando de nuevo. Y como la espera ya sabéis que la llevo fatal, si la semana que viene no sé nada llamaré de nuevo para saber si Adeslas me dijo la verdad, y si no, para ir de nuevo a las oficinas a "tirar de algunas orejas y patalear un poco".

viernes, 4 de octubre de 2013

LA BETAESPERA

¿Qué decir de la betaespera? No estuve excesivamente nerviosa, aunque sí es cierto que hacía más pis de lo habitual, pero era por dos motivos: el primero es porque estaba bebiendo más que últimamente, y el segundo era un poco de obsesión, de mirar el papel por si había algo más que el rastro de la progesterona.
Pretendía que esos 12 días pasaran con tranquilidad. Estaba de vacaciones y solo quería leer y poco más. Pero por desgracia, mi beta no fue precisamente tranquilita, o al menos todo lo tranquila que yo hubiera querida. Además por circunstancias familiares no pude hacer lo que exactamente quería y tuve que andar de aquí para allá pendiente de otras cosas en vez de en mí y en mis pequeños bebés que habitaban en mi barriguita. Así que hubo muchos días que los pasé algo enfadada, porque quería estar relajada, haciendo lo que me diera la gana en cada momento, y no lo pude hacer. Quería haber desaparecido del mapa esos días, pero no pude. Sólo quería estar tranquila en casa, o dar algún paseíto que otro y leer. Pero esas circunstancias me lo impidieron. También hicieron que mi pareja tuviera que estar pendiente de otras cosas además de mi, de nosotros, lo cual a veces también me molestaba un poco, porque, cosas de las hormonas, pero quería algo más de atención. Y así pasé la beta, con un poco de mal humor. Por esos mis pequeños pensaron que una madre tan gruñona no debía ser buena, así que, evidentemente, la beta salió negativa.
El análisis lo tenía que hacer el miércoles 14 de agosto, y el domingo por la noche, después de una comida familiar en nuestra casa, manché un poco y sentí unos pinchazos algo fuertes en la barriga. Me asusté, y lloré, me preocupé. Sabía lo que estaba pensando, aunque quería mantenerme positiva y seguía acariciando mi barriga y hablando a mis bichines..., pero me olía lo peor. Instinto de madre, jeje.
El miércoles por la mañana temprano fui a la clínica a hacerme el análisis de sangre. Podía haberme hecho el análisis de sangre donde quisiera, pero la bióloga me había dicho que si iba allí que pasara a saludarla, y como es tan maja, pues allí me fui. Hasta primera hora de la tarde no me llamarían con los resultados. ¡Qué horror! Esas horas las pasé en casa, pegada al móvil. Estaba tendiendo la ropa cuando recibí la llamada, y estaba sola, porque habíamos recibido la noticia de un problema familiar, y mi pareja había tenido que marchar... Descolgué el teléfono antes de acabar el primer tono, jajaja, pero ya la voz de la bióloga me lo dijo todo. Con todo el cariño me dijo que "no habíamos tenido suerte" (palabras textuales), que dejara la medicación y en unos días me vendría la regla; una vez acabara la regla y ya sin prisa tenía que pedir cita en el gine para una revisión.
Durante la llamada aguanté el tipo sorprendentemente. Pero fue colgar y me derrumbé. Lloré a moco tendido. Lloré, lloré y lloré, mientras acababa de tender la ropa. Llamé a mi pareja, o le mandé un "wasap", no recuerdo bien, y a los 5 minutos estaba en casa dándome un abrazo enorme, diciéndome que no me preocupara, que ya lo conseguiríamos, y que aunque no lo consiguiéramos él era (y es) tremendamente feliz comnigo. Seguí llorando no sé cuanto tiempo más, pero hice un parón para llamar a mi madre y darle la noticia. Tenía que ponerme el disfraz de chica dura y fuerte para hablar con mis padres, la fachada de superwoman que puede con todo. Y este disfraz aún me aompaña, aunque algunas veces se me cae y las lágrimas vuelven a aflorar, y vuelvo a llorar a moco tendido, porque además me siento culpable por no haber pasado la betaespera como yo hubiera querido, tranquilita.
Y esta es la historia de mi primer negativo...

jueves, 3 de octubre de 2013

LA REVISIÓN Y LA TRANSFER

En la revisión del endometrio estaba todo perfecto (9,9). En esta cita me dijeron que la donante iba muy pero que muy bien, así que fuera haciendo planes de que la transfer sería la semana siguiente, aunque me llamarían para confirmarlo. Ya me llevé un kilo de recetas de utrogestan para tenerla comprada para la transfer.
El 30 de junio me llamó la bióloga para informarme de que casi con toda seguridad el viernes sería la transfer, pero me llamaría para confirmarlo, pues esta llamada era simplemente a título informativo, para que me organizara y esas cosas. Por estos días ya tenía un millón de síntomas provocados por las hormonas: me dolían los pechos un montón. De hecho, no podía ponerme sujetadores con aro, y no podía dormir ni boca a bajo ni sin sujetador. Estaba empezando a estar algo hinchada. Pero me daba igual. Todo por una buena causa. Además de momento estaba yendo todo sobre ruedas!!
El 1 de agosto me llamaron para confirmarme que efectivamente al día siguiente era la transfer. Antes de las 10 teníamos que estar allí. Se me había olvidado comentar que la muestra del semen ya la habíamos dejado y la habían congelado, pues en la clínica preferían eliminar la presión a los chicos y que puedan dejar la muestra con tranquilidad. Tenía que ir sin tomar ni leche ni sólidos; esto no lo entendía mucho, pero luego lo pregunté y me dijeron que era por si acaso algo iba mal y me tenían que sedar, poder hacerlo prontito y no tener que esperar. Desde ese día a mediodía tenía que ponerme 300 mg de progesterona, que también tendría que llevar para poner después de la transfer. También tenía que ir con la vejiga llena.
La transfer salió muy bien. Me pusieron dos embriones de calidad B, pero ninguno para congelar (ups), así que ya estaba pensando que si de esta no iba me tocaría pelearme de nuevo con ADESLAS, pero es lo que hay.
La verdad es que el trato en la clínica es fenomenal. Estoy encantada. Todo el mundo muy pendiente de mi: mi gine, mi bióloga, la otra bióloga de la clínica, la enfermera... Todos encantadores. Después de la transfer dejaron pasar a mi pareja mientras yo me quedaba en reposito durante unos 20 minutos. Esos 20 minutos se me hicieron largos. Cuando pasó ese tiempo volvió mi gine para desearme suerte y decirme una vez más que todo había salido fenomenal. También me dijo que no era necesario que guardara reposo, pero mejor que hoy me fuera para casita y me quedara en el sofá. Por supuesto nada de esfuerzos, coger pesos, relaciones, baños de inmersión... Luego vino también mi bióloga para recordarme las instrucciones, desearme suerte y que estuviera tranquila, que me podía reír sin miedo que los embriones no se me iban a caer ni por estornudar fuerte (jajaj, me hizo gracia). Me dijo que si me gustaba el aquarius que tomara, sin sustituirlo por el agua, que había estudios que decían que era bueno, aunque había otros estudios que decían que no hace nada, pero que por probar no perdíamos nada. Y que no me olvidara ni de la meriestra ni del utrogestan cada 8 horas (imposible olvidarme con las alarmas del móvil).
El día 14 tendría la prueba de embarazo, 12 días después de la transfer. Sólo quería que todo fuera bien...

sábado, 28 de septiembre de 2013

LA LLAMADA DE LAS INSTRUCCIONES

Esos días vivía pegada al móvil, no fuera a ser que me llamaran de la clínica y no me enterar! 
Decir que soy una persona bastante impaciente. Paciencia tengo y mucha, pero la guardo para el horario laboral, que buena falta me hace, así que para el resto de cosas no tengo paciencia ninguna. Además la incertidumbre es algo que llevo fatal. El no saber cuando me pone muy nerviosa. Así que llevaba todo este tiempo bastante nerviosa.
Por fin llegó la ansiada llamada. El 28 de junio. Ya teníamos donante! y ya todo estaba en marcha! Me dieron cita para mi última revisión, sobre todo para comprobar que el cuello del útero seguía bien, y las instrucciones eran que el día 7 me tomara mi última pastilla de hormonas, para coordinar mi regla con la de la donante. Cuando me viniera la regla tendría que volver a llamar a la clínica, para continuar recibiendo las instrucciones, aunque ya sabía qué era lo que me tenía que tomar, cuándo y cuánto... pero había que llevarlo todo bajo control.
Así, el 10 de julio me vino la regla, la que yo esperaba fuera mi última regla en muchos meses... Llamé a la bióloga, como me habían dicho, y ya me dio las pautas concretas: meriestra cada 8horas, para engordar el endometrio y tenerlo preparado para la transfer. Como tengo en la cabeza cien millones de cosas siempre, me puse una alarma en el móvil cada 8 horas, para no olvidarme ni una toma ni pasarme con las horas, así que cada 8 horas justitas a tomar la meriestra.
También me dio cita para el día 24 para una ecografía y un análisis hormonal. Como mi gine estaba de vacaciones me iba a ver otro médico, y si todo estaba e iba bien, en 1-2 semanas después sería la transfer.
Sólo quedaba cruzar los dedos...

viernes, 27 de septiembre de 2013

LAS PRIMERAS PUEBAS

En una de las revisiones el gine hizo un intento de pasar la cánula que en su día me transferiría los ovocitos, pero ups! no pasaba. Probablemente debido a mi falta de hormonas se había estrechado, así que me dijo que prefería hacerme pasar por quirófano para hacerme una dilatación del cuello del útero. Que era algo sin importancia, pero que preferían asegurarse. Y yo, que también soy muy obediente, pues a acatar órdenes. Me dijo que tendría que ingresar por la noche, pues a lo largo de la misma tendrían que ponerme unas pastillas vaginales para ir dilatando, y como en algunas pacientes dan dolores similares a las del parto, que era mejor que quedara ingresada. Ahí me asusté un pelín.... Me mandó al anestesista y al cardiólogo, pues para la dilatación me tenían que poner sedación. Cuando tuve el resultado de las pruebas, fue de nuevo a consulta y aluciné un poco cuando me dijo si ya ingresaba esa misma noche!! Hombre, pues mejor no, que tenía que avisar en el trabajo y organizarme un poco. Pues entonces, en dos días, ala!
De la dilatación del cuello del útero puedo decir que no me enteré de nada. Ni las pastillas vaginales me dieron dolor ni nada parecido. De la intervención ni me acuerdo, pues al ser con sedación me debieron dejar grogui. Después de comer, una sopita y un yogur, me mandaron para casa, que guardara reposito ese día y nada más, y como estaba bastante adormilada me pasé lo que quedaba de día en el sofá.
Además de este pequeño contratiempo, hicimos otras pruebas: análisis de sangre de los dos (los de mi pareja por la SS, que tardaron un poquito), alguna eco mía y un seminograma de mi pareja. El seminograma nos dijeron que teníamos que hacerlo con ellos; como ya sabía que no me lo iba a cubrir el seguro, me eché a temblar pensando en la pasta que nos iba a saquear, pero me equivoqué, pues solo nos costó 50 euros.
Con todas las pruebas echas y los resultados en la mano nos fuimos de nuevo a la clínica. Como todo estaba correcto, tocaba pedir cita formal con la bióloga para firmar papeles y que nos explicaran bien todo el proceso (aunque ya lo sabíamos de sobra).
Entre pitos y flautas ya nos habíamos puesto en el mes de junio. En la entrevista con la bióloga me acabé de "enamorar" de mi clínica y de su personal. La bióloga nos explicó perfectamente cómo es todo el proceso y nos contó también cómo hacen ellos las selección de las donantes: además de las pruebas médicas pertinentes, tiene ella una entrevista personal con ellas y analizar también algunos aspectos psicológicos. Lo que más me impresionó es que dijo que ella elegía a las donantes como si fueran para ella misma, que además de todas las pruebas, le tenían que dar a ella seguridad, tranquilidad y confianza, y que si no desechaba a la donante. Además de ser profesionales son muy humanos... cosa que me encanta y que por desgracia escasea en muchas clínicas, por lo que leo por ahí.
También me dio las primeras instrucciones. Ya tenía unas donantes preseleccionadas, y como estábamos en verano y no quería que la transfer se demorara demasiado, iba a ver con cuál de ellas cuadraba mejor mi regla para ir algo más rapidito, y cual de ellas iba a estar en verano en la cuidad. Me llamaría cuando la tuviera ya seleccionada para darme las siguientes instrucciones que eran dejar de tomar mis pastillas o tomarme algunas pastillas de más para cuadrar perfectamente las reglas de las dos, y que me seguiría informando de cómo proceder.
Así que... a esperar su llamada.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

GANADA LA PRIMERA BATALLA: A LA ASEGURADORA

Como os he dicho, puse la reclamación pertinente en MUFACE. Pero por suerte tengo unas amigas como soles y una de ellas también tuvo un acercamiento en esto de la infertilidad, y me aconsejó que además me fuera por las oficinas de ADESLAS a poner una reclamación también. Y bendito consejo. A mi a peleona, cabezota y pesada no me gana nadie, así que me planté en ADESLAS, pero también soy muy educada (o lo intento) y con buenas palabras le expliqué a la chica del mostrador todo el "problema". La respuesta de la chica me dejó a cuadros: me dijo que yo estaba equivocada, que los doctores atienden primero a quienes ellos quieres, que son como los fontaneros y que igual que un fontanero decide qué tubería arreglar primero, los médicos igual. ¡Me estaba comparando con una tubería estropeada! La comparación y el poco tacto me dejaron muerta. Pero como a cabezona no me gana nadie le dije muy amablemente que ya había a MUFACE a enterarme que me había dicho el jefe que esto era incumplimiento de convenio y que pusiera una reclamación. Palabras mágicas: reclamación e incumplimiento de convenio. Así que la chica se bajó de la burra y me dijo que esperara un momentito que hablaba con la jefa. La jefa tomo nota de la reclamación y que hablaría tanto con la clínica como con el tribunal médico de la compañía para llegar a un acuerdo, y que me llamarían en breve para decirme algo. Antes me discutió que las listas de esperas eran por falta de donantes, pero le dije que en la clínica me habían dejado muy clarito del porqué de las listas de espera, que de hecho tenían donantes de sobra.
A los pocos días llamé a la clínica para ver si era verdad que habían hablado con ellos o me habían metido la bola. Pero sí habían llamado. Lo más simpático es que lo primero que hicieron fue echarles la bronca por haberme dicho la verdad y que no se inventaran una excusa, pues así habían dejado quedar mal a la compañía asegurada. ¡Menudo morro! Menos mal que mi biólogo es un sol y debe tener muchas tablas, y muy clarito les dijo que ella no iba a engañar a sus pacientes y privarles la oportunidad de irse a otra clínica, pagarse ellos mismos el tratamiento o lo que consideraran oportuno. Así que como nadie agachaba las orejas, no yo ni la clínica no la bióloga, les toco agachar las orejas a ADESLAS.
El 13 de abril recibí una de las mejoras llamadas de mi vida. Me llamaron de la compañía para decirme que en un plazo de 2-3 meses me llamarían de la clínica para comenzar el tratamiento. Yuhu!! Llamé a la clínica para corroborar la información, y efectivamente, había ganado la batalla burocrática. Había peleado por mis derechos y había ganado, así que estaba más feliz que una perdiz. La bióloga me dijo que para el mes ya pidiera cita con el gine para hacer revisiones, análisis... y comprobar que todo estaba correcto. Pero este lío de pruebas y la primera OVO ya os la iré contando

lunes, 23 de septiembre de 2013

EL COMIENZO DE LA BÚSQUEDA

Después de la segunda operación tuve que ir a varias revisiones bastante seguidas, y en cada una de ellas el ginecólogo que me operó no paraba de repetirme que no me preocupara, que podría tener hijos, que iban a ser míos, que yo los iba a llevar dentro y los iba a parir, etc., etc. A toro pasado creo que estas palabras fueron mágicas, porque realmente no he pasado eso del duelo genético que he leído en algunos foros y otros blogs, pues tanto me lo repitió que se fueron grabando en mi cerebro y en mi corazón, y sé que el día que tenga hijos van a ser míos, muy míos, aunque no lleven mis genes, y de hecho los siento ya como míos, aunque la maternidad aún está lejana.
Pero además de su insistencia en tranquilizarme, el ginecólogo insistía también en derivarme ya a reproducción asistida, pero por aquel entonces no tenía pareja, ni vistas a tenerla. Algunas de mis amigas y compañeras bromeaban con que el bueno del señor tendría un hijo en edad casadera y querría emparentarlo conmigo, jajaja. Pero el destino es caprichoso y a los pocos meses conocí al que es mi pareja y futuro padre de mis hijos. Supo desde el primer día que no puedo tener hijos por los "métodos tradicionales" y que no van a llevar mis genes, y no le dio ninguna importancia. No recuerdo como se lo dije porque es algo que hablo con bastante normalidad, pues es lo que hay. De vez en cuando, cuando me derrumbo un poco, le digo que estoy defectuosa, pero él me dice que soy perfecta... así que sigue sin darle importancia.
Él sí es el chico perfecto, y las cosas fueron rodadas desde el primer día. Incluso fue todo bastante rápido, aunque yo no tengo esa sensación. De hecho parece que llevamos juntos toda la vida. A los pocos meses ya nos fuimos a vivir juntos y a los pocos meses nos compramos una casita. Ya teníamos todo preparado para tener descendencia.
En una de las muchas visitas al hospital donde me operaron para las revisiones, me acerqué al mostrador de reproducción asistida simplemente para informarme, y me dijeron que al ir por MUFACE tendría una lista de espera de aproximadamente 8 meses (si iba pagando no, claro).   Creo que no he dicho que al tener MUFACE, por ley, me cubren 4 tratamientos de ovodonación. Así que hicimos nuestros cálculos y a pesar de que nuestra situación económica no era muy buena en esos momentos, decidimos pedir cita para entrar en la famosa lista de espera. Al comentárselo al gine ya me fue mandando pruebas para ir ahorrando tiempo (el señor seguía con su insistencia); y así me fue haciendo ecos, cariotipo, etc. 
Primera cita: la doctora bastante seca. Fui con mis pruebas que me había mandado el gine y no puso muy buena cara. Ahora faltaban las pruebas de mi pareja: un seminograma, un cariotipo y pruebas varias de sangre. Me toco ir a mi seguro a preguntar si esas pruebas las cubría, pues si me cubría el tratamiento de infertilidad era obvio que debía cubrirlas. Pues era obvia pero solo para mi, claro, pues resulta que si ya hay diagnóstico de infertilidad no lo cubre, y el diagnóstico estaba claro: yo no tengo ovarios. Así que fuimos a la seguridad social para hacer esas pruebas, con sus consiguientes listas de espera; además el cariotipo nos dicen que no lo hacen... Cuando ya tenemos todas los resultados habían pasado unos cuantos meses... Y al volver a la consulta de infertilidad... SORPRESA: Han cambiado el concierto con la compañía aseguradora y ya no cubren los tratamientos de infertilidad.  Eso sí, me mandan un presupuesto por si quiero hacerlo por privado (7500 euros/ciclo).
En ese momento sentí desesperar. Había pasado medio año en vano. ¿Y ahora qué hacía? Estaba perdida. Pedí presupuesto también en una famosa clínica de infertilidad: más de 8000 euros/ciclo. Tenía que haber más clínicas que tuvieran concierto con mi aseguradora, así que me fui a la aseguradora y me dieron un librito con las clínicas: en mi Comunidad Autónoma sólo 2, una a 2 horas de camino y otra, afortunadamente en la ciudad de donde soy. Vi una esperanza, así que pedí cita en esa clínica para pedir información
Primera cita: el ginecólogo, mi ginecólogo, es muy bueno, un poco serio a ratos, pero es encantador. Revisión ginecológica en la que todo está bien (poco hay que ver, la verdad) y más revisiones: citología, ecografía de mamas, análisis de sangre, etc. Nada de cariotipo, que al no utilizar mis genes no hace falta. Me informan que al ir por MUFACE hay lista de espera (empiezo a coger manía a las listas de espera), pero lo que me sorprende es lo clarito que me explican todo y el porqué de la lista de espera: ADESLAS les da una cierta cantidad al año (montante, se llama) que a la clínica le da para cubrir 4 ciclos de ovodonación, por lo que hacen 4 ovos al año y estoy de 8ª en la lista de espera, pues ya me han apuntado. Era el año 2012, a finales, con lo que harían 4 en el año 2013 y me tocaría en el 2014 si con suerte no reducen el montante, sino ya para el 2015. Si lo hago por privado, pagando 600 euros/ciclo me lo hacen YA.
Me vuelvo a desesperar. Sé que tengo suerte de que el seguro me cubra 4 ciclos, pero no sé porqué tengo que esperar años por un derecho que me pertenece. Me cabreo. Intento buscar una solución.
Llamo a la otra clínica de mi Comunidad y ya por teléfono me dicen que para FIVs hay lista de espera hasta el 2015 y que para ovo no saben decirme a ciencia cierta pero por ahí o aún más. Me vuelvo a desesperar una vez más.
Y pienso, pues me voy a Madrid, a Zaragoza o donde sea que no haya la maldita lista de espera. Pero también pienso, ¿y si lo pago yo igual luego me lo reembolsan, como pasa con el dentista? Así que me voy a las oficinas de MUFACE a preguntar. Pero antes me entero que la doctora del hospital donde me operé (la que era muy seca) les sigue mandando autorizaciones para ovos, aunque ya no tienen concierto. Me cabreo y me vuelvo al hospital a ver al ginecólogo que me operó, por si pudiera hacer algo, pero no. Su consejo es que pelee o que me vaya a Portugal que es más barato jajaja. Sigo el primer consejo y me voy a MUFACE. La chica del mostrador es encantadora y me pasa a hablar con el jefe, que se le quedan los ojos como platos al oir mi historia y no entiende cómo la compañía aseguradora no se hace cargo, que están incumpliendo el convenio: que ponga una reclamación que me lo tienen que hacer sí o sí.
Antes de poner la reclamación me voy a mi clínica, porque tampoco me apetecía meterlos a ellos en un lío. Pero como son encantadores me dicen que ponga la reclamación, que pelee, que tengo derecho, y que no es justo que utilicen la excusa de la crisis para recortar servicios.
Así que pongo la reclamación pertinente.
Continuará...

viernes, 20 de septiembre de 2013

SEGUIMOS CON EL COMIENZO

Si habéis leído la entrada anterior sabréis que aún me quedaba un ovario y un trompa. En las distintas revisiones ginecológicas todo estaba bien. Mi ovario era gordito porque tenía que suplir la falta del otro y se había desarrollado más. Hasta hace poco la única consecuencia de esa operación era un ovario gordito y que la menopausia me vendría antes, pues los ovarios tienen una vida útil, por decirlo de alguna manera; cuando tenemos dos ovarios, cada mes "trabaja" un ovario, por lo que podemos decir que se reparten la tarea, pero al tener uno solo "trabaja" el solo, pues ovulas igual todos los meses, pero claro, el pobrecito se cansa antes.
Me había olvidarme decir que actualmente me falta poco para cumplir los 36 años. Ahora estaréis pensando que la causa de mi infertilidad es que mi ovario se cansó pronto, el pobre. Pues no. Hace casi 4 años me empezó a doler la barriga... ¿os suena? Fui a urgencias, de madrugada porque me despertó el dolor, y, como tenía la regla y me dieron buscapina y me pasó el dolor el diagnóstico fue: dolores menstruales. Y me volví para casa. Decir que mis reglas siempre fueron muy normales, nada dolorosas ni abundantes ni nada. Decir también que duermo como un ceporro y que no me despierto ni aunque me saltes en la cama. Pero el dolor me despertó, así que sí, era un dolor fuerte como para ir a urgencias, y no me gusta demasiado ir al médico, por lo que no soy una persona aprehensiva ni hipocondríaca.
Pero bueno, el dolor pasó. Pues sería eso: dolor de regla... Pero a la semana el dolor volvió pero multiplicado por mil y cada minuto que pasaba se multiplicaba otra vez por mil. Otra vez de madrugada. Así que vuelta a urgencias. Del trayecto no recuerdo nada más que dolor, mucho dolor, creo que incluso casi gritaba del dolor. Llegué a urgencias y me metieron en un box. Me empezaron a dar calmantes y más calmantes mientras llegaba la ginecóloga de guardia. Soy funcionaria y a través de MUFACE tengo el seguro médico con ADESLAS, así que en el hospital al que voy los médicos especialistas de guardia están en su casa. Y la señora ginecóloga debía estar en su casa muy bien metida en cama o sabe dios donde, porque no apareció. Y así me dieron las 8 de la mañana (desde las 2 aproximadamente) gritando de dolor, y gritando mucho. Me llegaron a poner morfina porque el dolor era ya insoportable, pero lo único que conseguía era dejarme medio grogui durante unos pocos minutos, pero el dolor volvía otra vez y yo otra vez a gritar. Las pobres de las enfermeras ya no sabían que darme, y la ginecóloga de guardia seguía sin aparecer. Así que a las 8 de la mañana, cuando llegó el otro ginecólogo, que tenía consulta, me subieron como pudieron a la consulta a que me hiciera una ecografía. ¿El resultado? Mi ovario se había torsionado sobre si mismo y había que operar. El médico, con cara de póker, me dijo que intentaría salvarme algo de ovario, pero si veía que era imposible tendría que quitármelo todo. El dolor que tenía era tal que, por mí, como si me quitaba la barriga entera, pero por favor que alguien parara ese dolor.
Y así volví a quirófano, pero esta vez ya sin mi muñeco. Me abrieron por la misma cicatriz que tenía, la del medio, para no dejarme la barriga como un mapa. Y cuando volví del quirófano volví sin mi otro ovario y sin mi otra trompa, y con mis mismas cicatrices. Sólo me quedaba el útero. En cuanto desperté, lo primero que me dijo el ginecólogo que me operó fue que mi ovario había dado 3 vueltas sobre sí mismo, que era normal que gritara del dolor porque lo único que me podría quitar el dolor era la anestesia, y que no me preocupara por nada, que yo podría tener hijos gracias a la ovodonación, a la donación de óvulos, y que esos hijos iban a ser míos, muy míos, que yo los iba a llevar en mi vientre, los iba a parir y los iba a criar y educar, por lo que iban a ser tan míos como si llevaran mis genes. Era la primera vez en mi vida que oía la palabra ovodonación. Por aquella época no tenía pareja, ni vistas a tenerla, así que no era una prioridad en mi vida tener hijos, pero no pude evitar que me cayeran las lágrimas. Eso sí, en soledad. Delante de mis madre y demás familia, amigos... me hice la fuerte (soy fuerte). No pasaba nada, me habían quitado el dolor, y mi ovario gordito y mi trompa correspondiente, pero en su día podría tener hijos.
Me dieron terapia hormonal sustitutiva, porque evidentemente ya no ovulaba con lo que para no padecer los efectos de la menopausia y mantener mi útero funcionando para cuando quisiera tener hijos. Así que no tenía ovarios, no óvulos ni nada, pero seguía teniendo la regla. Las hormonas son parecidas a las pastillas anticonceptivas: 21 pastillas, 1 semana de descanso en la que te viene la regla y otra caja...

Y este es el verdadero comienzo en el camino de la infertilidad. Sin ovarios no hay óvulos; sin óvulos no hay fecundación; sin fecundación no hay embarazo, y sin embarazo no hay hijos, al menos por el método tradicional.
Doy gracias a los avances de la ciencia y a esas personas que desinteresadamente donan partes de su cuerpo (sangre, óvulos, médula, órganos...) y permiten a muchas otras personas, como yo, vivir o conseguir un sueño.
De esta época sí lo recuerdo todo, pues ya no era una niña pequeña como la primera vez. Lo peor de todo es pensar que esos dolores tan insufribles los sufrí durante un año con 6 añitos, porque si me dolía tanto como esta vez no sé cómo aguanté, pero es que soy rarita...

CÓMO EMPEZÓ TODO

¿Cómo empezó este camino? Si tengo que empezar a explicar todo me tengo que remontar a cuando tenía 6 años. Sí, con 6 añitos, siendo una niña muy pequeño empecé este camino. Me dolía mucho la barriga, muchos días seguidos y mis padres me empezaron a llevar a urgencias un día sí y otro casi también porque los dolores no remitían y cada vez eran más fuertes. De esta época recuerdo estar encogida, meciéndome y cayéndoseme las lágrimas del dolor, incluso viendo dibujos, jugando o entretenida. En urgencias pruebas y más pruebas: análisis, radiografías, ecografías, etc., pero según los médicos no se veía nada y todo estaba normal. Así que los diagnósticos eran de todo: desde que no "había hecho de vientre" (palabras literales que aún recuerdo), hasta que eran mimos, que eran llamadas de atención... Supongo que en el año 84 los aparatos médicos no eran como ahora y efectivamente no se veía, así que le daremos un voto de confianza a los médicos de aquella época.
Y así me pase prácticamente un año de mi infancia, hasta que mi madre se cabreó, y con razón, y estando en urgencias dijo muy clarito que me hicieran lo que fuera pero que ella no se llevaba a la niña (o sea, yo) para casa otra vez hasta que no dieran con lo tenía. Evidentemente todos los absurdos diagnósticos eran erróneos, y durante ese año me pusieron más enemas que a toda la población española junta, sin resultado, evidentemente, porque el problema no era que "no había hecho de vientre". Ante esa contundencia de mi madre, la respuesta de los médicos fue que lo único que les faltaba hacerme era abrirme. Y mi madre, desesperada imagino, les dijo que adelante. La explicación que daban los médicos era que igual era una apendicitis con dolor reflejo (porque a mí me dolía el lado contrario)
Y así me fui para quirófano con mi muñeco favorito y que aún conservo 30 años después. Imagino que durante la operación el muñeco no estaría en la camilla conmigo, pero eso ya no lo recuerdo. Yo me dormí con el muñeco a mi lado, y me desperté con el muñeco a mi lado, atada a la cama y sin un ovario y sin una trompa, y con dos cicatrices en mi barriga.
Sí, habéis leído bien, a una niña de 7 años le habían quitado un ovario y una trompa, pues se había torsionado sobre sí mismo. Vamos, que no estoy criando malvas de milagro, pues había pasado un año desde la primera visita a urgencias. Tengo dos cicatrices porque el planteamiento era el de apendicitis, así que tengo la correspondiente cicatriz, pero al abrir se encontraron el "petate", y como no llegaban bien al ovario del lado contrario, me abrieron también por el medio, desde el ombligo hasta abajo
Por seguir dándole el voto de confianza a los médicos de la época, imagino que nadie, ni siquiera ellos, se imaginan que a una niña de 7 años le puede pasar algo en el aparato reproductor. Pero yo soy rarita... qué le vamos a hacer!
De esa época recuerdo que el dolor, los enemas, mi muñeco, y lo mal que lo pasé cuando me quitaron los puntos.
Después fueron unos continuos viajes al especialista de otro hospital de otra cuidad (a más de 2 horas de mi casa por aquella época) hasta que me viniera la regla, para confirmar que mi otro ovario funcionaba correctamente. La regla me vino con 14 años y me dieron el alta médica y por fin se acabaron los viajes.

Y este es el inicio de la historia...